Un proyecto con
IKEAHay un término que define a la perfección la relación que mantenemos en ocasiones con la sostenibilidad: ecoansiedad. Sabemos que el futuro pasa por llevar una vida cada vez más sostenible y respetuosa con el medioambiente, pero sufrimos porque creemos que no podremos hacerlo. Sabemos que una vida sostenible se asocia con mayores niveles de bienestar, como sugiere un estudio realizado por la Universidad de Oxford, pero nos asustamos al pensar en el dineral que nos puede costar adaptar nuestra vivienda o nuestra movilidad para llevarla a cabo. De hecho, ese mismo informe apunta que los esfuerzos que realizamos en el corto plazo para alcanzar la sostenibilidad podrían tener una correlación negativa con el bienestar.
“La sostenibilidad ha pasado a ser un tema fundamental en nuestro día a día, además de ser el único futuro posible. En nuestro estilo de vida tienen un impacto directo tanto el planeta como nuestro bienestar personal y familiar, pero sabemos que hay barreras, como la percepción de que ser sostenible es caro y complicado”,
explica Manuel Delgado, responsable estratégico de Diseño de Interiores de IKEA Ibérica.
Aún hay más: lo que requerimos para sentirnos a gusto en nuestra propia casa parece, a priori, reñido con la sostenibilidad. Por ejemplo, una temperatura óptima o un buen nivel de iluminación artificial, dos factores que el informe Hogares con Psicología de IKEA relaciona con la satisfacción con la propia vivienda y el bienestar. Es decir, mayor consumo de energía o una fuerte inversión en reformas para que no aumente, ni tampoco su huella de carbono asociada. ¿Y si vivir de manera sostenible no fuera tan complicado? ¿Y si estuviera, en realidad, al alcance de nuestra mano?
Desplazarnos en bicicleta es ecológico y saludable
La voz del experto
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Diseñar una vida más sostenible es un proyecto que debe comenzar en nuestra mente y en nuestro hogar, que es el lugar donde nos sentimos nosotros mismos y nos vemos reflejados. No conviene que existan distorsiones entre nuestra propia identidad y nuestra casa. Según el Informe sobre la Vida en el Hogar de IKEA 2022, las personas que sienten que su hogar refleja su propia identidad son 1,5 veces más proclives a tener sentimientos positivos hacia él y dos veces más a afirmar que su vivienda es una fuente de bienestar mental para ellas.
Efectivamente, si hace ya tiempo que la sostenibilidad ha pasado a formar parte de nuestra identidad, lo lógico será promoverla también en nuestro hogar. Es tan fácil y económico como empezar por aquello que tenemos a nuestro alcance: nuestros hábitos y los objetos que ya poseemos. Solo hacen falta tres ingredientes: información, voluntad y un poco de inspiración. “Desde IKEA, queremos inspirar y motivar a las personas a vivir de una manera más saludable en el hogar, en una casa que sea sostenible, de manera que tenga un impacto positivo en el medioambiente y en el futuro, en el planeta, siempre de una manera que sea sencilla y económica”, asegura Manuel Delgado.
¿Por dónde empezar? Un buen comienzo consiste en trazar algunas líneas maestras que nos podrán guiar para reducir nuestra huella ecológica: circularidad, consumo responsable, movilidad sostenible y eficiencia energética. A partir de estos pilares podremos construir los hábitos y llevar a cabo las acciones que nos ayudarán a construir un hogar y una vida verdaderamente sostenibles.
Los textiles ayudan a incrementar el confort térmico
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Convertir nuestro hogar en un espacio sostenible que nos aporte bienestar no cuesta tanto.
Toma nota de estas ideas
Una vez establecidas las guías, toca pasar a la acción. Y antes de pasar a la acción, siempre hay que reflexionar. ¿Puedo ir andando o en bicicleta antes que coger el coche? ¿Puedo darles una segunda vida a los muebles y objetos que ya tengo antes que tirarlos? ¿Subir la calefacción es realmente la única manera que tengo para sentirme a gusto en casa?
Reducir nuestra huella ecológica es tan sencillo como dar respuesta a esas preguntas y actuar en consecuencia. Optar por maneras activas de desplazamiento como caminar o ir en bicicleta es ecológico y saludable. Y si tenemos una bici, guardarla en casa no tiene por qué ser un drama: si la limpiamos y la colgamos en la pared, nos ayudará a decorar la casa y a mostrar a quienes la visiten que en ella manda la sostenibilidad. También existen alternativas que nos ayudarán a extender la vida de muebles y objetos: redecorarlos, buscarles un nuevo propósito o recurrir a la compraventa de productos usados, como el Mercado Circular de IKEA, son tres de ellas.
Para reducir la factura (y la huella) energética en casa, los textiles son un gran apoyo: las alfombras ayudan a aislar los suelos e incrementan el confort térmico, igual que hacen las cortinas con las ventanas, así que no dudes en correrlas si es necesario. Y, por supuesto, vístete acorde a la época del año: mejor que subir la calefacción es ponerse un jersey o una manta. Para alcanzar el nivel de iluminación que te hará sentirte bien en casa, recurre a bombillas led, que consumen hasta un 85% menos de energía y duran mucho más. También existen grifos diseñados para reducir el consumo de agua y mantener la presión justa. Conservación de recursos, confort y ahorro en facturas, todo en uno.
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