Un proyecto con
IKEAEspacio justo
Transmitir a los más jóvenes los valores asociados a la sostenibilidad, como el ahorro, a través de lo que ven en casa es una fórmula eficaz para que tomen conciencia de su responsabilidad medioambiental. Solo hay que dar ejemplo.
Piénsalo: ¿cuántos de tus hábitos actuales nacieron en tu hogar de la infancia?¿Por qué haces la cama por la mañana o saludas con una sonrisa a tus vecinos? ¿Por qué tomas fruta a diario o te cepillas los dientes después de comer? Aprendemos mucho de lo que observamos de pequeños en casa. De lo que nos enseñan activamente, sí, pero también de lo que vemos hacer a los mayores. Lo mismo les ocurre a nuestros hijos: si nos ven regularmente asearnos, leer libros o tratar bien a otros, será más fácil que ellos lo hagan. Esto también se aplica a los comportamientos relacionados con la sostenibilidad y el ahorro, que son dos caras de una misma moneda. Así lo explica Esteban Brook-Hart Rodríguez, psicólogo adscrito al Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana.
“Cuando pensamos en las estrategias para enseñar a las generaciones más jóvenes a respetar el medioambiente, es útil comprender los métodos de aprendizaje que utilizamos las personas. En concreto uno: el aprendizaje por modelado. El modelado consiste en que utilizamos a otras personas como modelos para aprender nuevos comportamientos. Es algo que todas las personas hacemos desde nuestra infancia y a lo largo de nuestra vida”,
indica el experto.
¿Qué significa esto? Que la conciencia medioambiental y los hábitos de ahorro de las generaciones que se encargarán de cuidar el mundo en el futuro comienza hoy, aquí, en su propia casa. Y que somos los adultos que estamos a su alrededor quienes podemos ayudarles a desarrollarlos ¿Cómo? Pues como siempre se ha hecho: predicando con el ejemplo. “Nuestros grandes modelos tienden a ser personas cercanas: padres, hermanos y hermanas mayores, maestras y maestros… Igual que si un niño ve a sus padres leer será más probable que adquiera el hábito de la lectura, los jóvenes que observan a sus familias realizar acciones de cuidado hacia el medioambiente —reciclar, economizar el uso del agua, reutilizar objetos…— tenderán a hacer lo mismo”, señala Brook-Hart.
Desechar residuos correctamente debe ser un básico en casa
La voz del experto
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Cuidar el medioambiente ya es algo más que una prioridad: hasta el 56 % de las personas encuestadas en el informe Life at Home 2022 de IKEA reconoce su preocupación por los efectos del cambio climático. Vivir en una casa que respeta el planeta puede ayudar a los jóvenes a integrar la sostenibilidad en su identidad. No solo eso: también les ayudará a adquirir otros hábitos muy saludables, como el del ahorro, en un momento en el que la inflación aprieta el presupuesto familiar. Es la magia de la sostenibilidad: preservar los recursos que tenemos y ejercer un consumo consciente nos ayuda también a ahorrar dinero.
Este es, precisamente, el enfoque que desarrolla IKEA. Así lo explica Manuel Delgado, responsable estratégico de Diseño de Interiores de IKEA Ibérica. “Desde IKEA llevamos muchos años trabajando por la sostenibilidad y ha sido el enfoque más directo de los últimos años de la compañía. No solamente trabajamos la sostenibilidad desde el concepto de tener un impacto positivo en el planeta, sino que mostramos a los consumidores cómo hacer ejemplos sostenibles en el hogar nos puede ayudar a ahorrar dinero”.
Son muchos los ejemplos que sostienen este enfoque, tal y como propone Delgado: “Si cambiamos toda la iluminación a sistemas led, esto tendrá un impacto positivo en la factura de la luz, al igual que elegir electrodomésticos con una clasificación energética eficiente o el uso correcto de textiles, tanto en invierno como en verano. Si elegimos grifería con válvulas reductoras de agua, también ahorraremos en este recurso”. Son gestos sencillos y económicos que ofrecen, a cambio, un gran resultado: “Con pequeños pasos en el hogar, podemos tener un impacto positivo en nuestras facturas y economizar. Y, en consecuencia, producir un impacto positivo en el planeta”, añade.
Buscar una nueva función a objetos que no se usan ayudará a los niños a valorarlos
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Mostrar el camino de la sostenibilidad a los jóvenes Jedis de la casa es muy sencillo.
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Optar por este tipo de soluciones ahorradoras y explicar cómo funcionan a los más pequeños ayuda a transmitirles que, en casa, la preservación de recursos es importante. Si, además, nos ven abrir el grifo solamente lo imprescindible y apagar las luces en cuanto no sea necesario utilizarlas, reforzaremos esa idea.
Junto al ahorro en energía o agua, hay muchos otros factores en los que podemos ayudarles a desarrollar hábitos sostenibles. Uno de los más importantes es la alimentación. “Un dato que observamos en España y que nos preocupa es que, de cada tres bolsas de comida que compramos, una acaba en la basura”, explica Manuel Delgado. Por eso es muy importante que los más jóvenes cambien la perspectiva sobre las sobras de comida: deben observarlas como un recurso, no como un desecho. Guardarlas en tápers, congelarlas si es necesario y cocinar nuevos platos con ellas es la mejor manera de mostrarles el valor de los alimentos. El propio acto de comprar alimentos, eligiendo productos de temporada y proximidad, y adquiriendo solo lo que se necesita también puede enseñarles mucho en las visitas al supermercado.
Esa idea de revalorizar antes que desechar también se traslada a los propios objetos que tenemos en casa. Es el caso de los muebles: enseñar a los niños que es posible darles una segunda vida antes de convertirlos en residuos es mucho más sencillo de lo que parece. Desde la búsqueda de una nueva función a un perchero como colgador de llaves a la compraventa de muebles usados en el Mercado Circular de IKEA, son muchas las opciones que tenemos a nuestro alcance para hacerlo. Seguro que no volverán a ver con los mismos ojos un objeto usado.
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